sábado, 9 de octubre de 2010

'Tres hombres'

Parece que nada pueden tener en común Dos hombres y un destino, dirigida por George Roy Hill en 1969 (El golpe, 1973) con Robert Redford, Paul Newman y Katherine Ross (y con 4 Oscars: guión original, fotografía, canción y banda sonora) de 7 nominaciones; y la segunda entrega de Spiderman, de Sam Raimi en 2004 (Oscar a Mejores efectos visuales, 3 nominaciones).

Pero cuando se trata de música que rompe generaciones y que retumba en nuestro subsconsciente aunque ni siquiera nos demos cuenta, no podemos hacer nada. Será ése mismo, el subsconsciente, quien recurra a una determinada pieza ante historias, imágenes, sensaciones similares y de nuevo silbaremos esa melodía. Tal vez con otro instrumento, con otro tono, o de forma más lenta, pero con los mismos acordes.

Así debió de ser para Sam Raimi y Danny Elfman al escoger la fantástica canción Raindrops keep falling on my head (número 1 en EEUU en enero de 1970) que Burt Bacharach situó en una escena de lo más divertida para tratarse de una película de pistoleros:



En la segunda de Spiderman, Peter Parker le dice a su tío Ben que no será Spiderman nunca más. El médico le ha dicho que no tiene porqué ser Spiderman. Así que Peter está centrado y contento:



Raindrops keep falling on my head
And just like the guy whose feet are too big for his bed
Nothin seems to fit
Those raindrops are falling on my head, they keep falling

So I just did me some talkin' to the sun
And I said I didn't like the way he got things done
Sleepin on the job
Those raindrops are falling on my head, they keep falling

But there's one thing I know
The blues he sends to meet me wont defeat me
It wont be long till happiness steps up to greet me

Raindrops keep falling on my head
But that doesn't mean my eyes will soon be turnin' red
Cryings not for me
Cause I'm never gonna stop the rain by complainin
Because I'm free
Nothings worrying me.

Esta optimista canción, viniendo a decir que no hay mal que cien años dure, hace que los dos momentos musicales de tan diferentes filmes sean parejos. Hasta con un pequeño incidente en cada uno. Pero, obviamente, de todos los pequeños (y no tan pequeños) accidentes, nos levantamos.